viernes, 14 de junio de 2013

El gen humano, un elemento indiscutible del procomún





Hace unos días indicábamos que la filosofía de funcionamiento de Goteo (una plataforma de crowdfunding que apuesta por el retorno colectivo) giraba en torno al procomún, una nueva manera de expresar una idea muy antigua: que algunos bienes pertenecen a todos, y que forman una constelación de recursos que debe ser activamente protegida y gestionada por el bien común. El procomún lo forman las cosas que heredamos y creamos conjuntamente y que esperamos legar a las generaciones futuras.

Muchos de estos bienes han estado siempre ahí (como por ejemplo el aire que respiramos) y, quizás por ello, apenas les concedemos valor, por lo menos hasta que no sentimos que se encuentran amenazados. El problema es que cuando seamos conscientes de ello quizás sea tarde. En este sentido, muchas organizaciones no gubernamentales están realizando una encomiable labor de sensibilización y lucha por preservar muchos de estos elementos que pertenecen al procomún: la fauna, la flora, los océanos, los polos…



En relación con este asunto, hoy podemos congratularnos todos. El Tribunal Supremo de EE UU ha sentenciado que los genes humanos no pueden ser patentados, precisamente porque forman parte del procomún, porque son un producto de la naturaleza. Esta sentencia supone la retirada de patentes que la compañía Myriad Genetics (Utah, EEUU) tenía sobre dos genes vinculados a la probabilidad de heredar el cáncer de mama o de ovario. Según el Wall Street Journal, la exclusividad sobre esta patente permitía a dicha compañía cobrar hasta 3.000 euros por unas pruebas diagnósticas cuyo valor de mercado no sobrepasaría los 200 en caso de no existir tal patente. Esta sentencia reconoce de algún modo el procomún, poniendo coto a los laboratorios farmacéuticos al mismo tiempo que marca las reglas del juego en materia de investigación molecular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario