martes, 29 de octubre de 2013

Los empleados de las entidades no lucrativas

Hace unos días tuve el placer de participar en el  4º Congreso Internacional de Investigación en Economía Social del CIRIEC, celebrado en la ciudad de Amberes del 24 al 26 de octubre de 2013. En el mismo, investigadores, profesionales del sector y representantes de la Administración Pública hemos debatido sobre las más recientes investigaciones en economía social y sus metodologías.

En el majestuoso entorno de la Universidad de Antwerp presentamos la comunicación titulada Los empleados de las entidades no lucrativas: ¿Una "rara avis" del mercado de trabajo europeo?


Tradicionalmente se ha considerado que la conexión entre los valores individuales y la misión organizacional se produce de manera natural en las entidades del tercer sector, quizás por esa bruma ideológica que abriga a este tipo de organizaciones y que presupone un plus de identificación entre sus miembros. Esta idea que quizás se sustente sobre una sólida base en ciertos colectivos como los socios, donantes o voluntarios, a lo mejor no es tan obvia en relación con el grueso de trabajadores asalariados por cuenta ajena, personas de carne y hueso que, como el resto de los asalariados que trabajan en el sector lucrativo, tienen necesidades personales y familiares que satisfacer: profesores de centros educativos de la iglesia, personal médico de hospitales propiedad de órdenes religiosas, responsables de proyectos en organizaciones no gubernamentales de cooperación al desarrollo, administrativos en asociaciones que luchan por la integración de colectivos desfavorecidos, el carretillero que trabaja en el almacén de un banco de alimentos, así como otros cientos de empleos que se puedan imaginar y que, ahora mismo, están desempeñándose en cualquier punto del planeta bajo el paraguas legal que ofrecen diferentes modelos de organizaciones no lucrativas.

No obstante, cada vez existen más evidencias que ponen en duda esa supuesta sobreactivación de las endorfinas de la identificación entre los empleados no lucrativos. En este sentido, algunos estudios observan una ruptura del contrato psicológico, sobre todo entre las nuevas personas incorporadas. Que este tipo de entidades no tengan capacidad para atraer y retener a los empleados con mayor talento y potencial –por su escaso nivel de competitividad externa en métodos de compensación de base financiera, por ejemplo–, constituye una seria amenaza para el sector sin fines lucrativos que puede poner en peligro su supervivencia a largo plazo. Pese a este riesgo potencial, en el sector se palpa una acentuada resistencia al cambio que se materializa, entre otras cosas, en la aversión casi pandémica a todo lo que suponga la incorporación de criterios de gestión profesional. Esta circunstancia se produce por el miedo a la pérdida de identidad y, por ende, de los niveles de implicación y satisfacción que aparentemente diferencian a los empleados “lucrativos” de los “no lucrativos”.

La negativa a profesionalizar un sector tan heterogéneo –en el que cohabitan diminutas organizaciones de ámbito local y “multinacionales de la solidaridad” que cuentan con delegaciones en varios continentes– hace pensar en la existencia de diferencias entre las entidades no lucrativas y las empresas con ánimo de lucro. La utilidad del presente trabajo se enmarca en este contexto tan etéreo, un campo de estudio donde existe muy poca literatura científica que centre su objeto de investigación en torno a los empleados por cuenta ajena de organizaciones no lucrativas. En el mismo se ha constatado –mediante un estudio empírico de ámbito europeo– que las condiciones laborales de las personas que trabajan en el sector no lucrativo difieren notablemente de las que presentan los asalariados de empresas con ánimo de lucro. El trasfondo de todo el análisis ha girado en torno a la contienda entre condiciones laborales extrínsecas e intrínsecas. Si en verdad las recompensas extrínsecas son más limitadas en las organizaciones no lucrativas, los motivos que justificarían que a un empleado de este sector le compense seguir prestando sus servicios en este tipo de institución deberían cimentarse en factores motivacionales intrínsecos, relacionados directamente con la esencia y características de la actividad laboral. Conscientes de la trascendencia que este hecho puede implicar a nivel práctico, mediante un modelo de regresión logística se han puesto de manifiesto en términos probabilísticos los rasgos que caracterizan a los empleados no lucrativos insertos en el mercado laboral europeo.

A continuación os dejo la presentación en diapositivas que defendimos el pasado viernes. Cualquier persona interesada en la comunicación completa puede solicitármela sin problema.







sábado, 5 de octubre de 2013

Comunicar mejor para ganar en confiabilidad: El caso de trustparency.es

Que alguien le suelte pasta a un desconocido para que este realice supuestamente la labor social que él mismo o su organización prometen constituye un ejercicio de generosidad que algunos considerarían colindante con un rapto de locura. Esta forma de proceder sólo puede cimentarse en la confianza que al donante le inspira el sujeto o la organización a la que entrega su dinero.

Desde esta óptica, la confianza se erige en un sustentáculo crítico para la supervivencia de las organizaciones del tercer sector. El mundo de la solidaridad (y las organizaciones injertadas en él) está alcanzando cotas de competitividad desconocidas hasta el momento. En este contexto de libre mercado sólo sobrevivirán aquellas organizaciones que sean confiables a los ojos de la sociedad. El resto están condenadas al cadalso.

Las entidades no lucrativas deben aumentar su grado de confianza a través de la legitimidad, y para ello necesitan mejorar su nivel de transparencia. En este ámbito la comunicación juega un papel crítico. Las alternativas disponibles hoy día son incontables, tan solo limitadas por la creatividad de los gestores de las entidades no lucrativas: vídeos en Youtube or Vimeo, comentarios en Twitter, Facebook o Google+, presentaciones en Pinterest o Flickr, blogs de voluntarios o colaboradores…

No cabe duda alguna. Una variable crítica de la ecuación de la solidaridad es la transparencia, ya que genera confianza y, con ella, una mayor vinculación con los principales stakeholders, especialmente con los donantes, esos sujetos que tienen la mala costumbre de aspirar a que sus aportaciones se apliquen de la manera más eficaz y eficiente posible.

Con este sustrato nace la experiencia que presentamos en este post: trustparency.es. Impulsada por la valentiía tres apasionados de la tecnología (Sergio Aguado, José Luis Muñoz de Morales y Ramón Ulldemolíns),  trustparency se configura como una organización social cuya misión es incrementar el nivel de implicación de la sociedad en proyectos sociales. El cumplimiento de esta misión se traduce en ayudar a las entidades no lucrativas a conectar con la sociedad de una manera diferente, mostrando a tiempo real el valor que genera las aportaciones de los donantes así como permitiendo a estos que sientan y vivan las historias humanas que coexisten detrás de cada proyecto solidario.


La forma de proceder de esta organización gira en torno a la innovación, la innovación al servicio del progreso social. Aunque hay muchas otras, resulta especialmente interesante la storyline de trusparenty. La storyline es una herramienta visual que permite a las entidades no lucrativas compartir las historias de ayuda y trabajo a escala global, mostrando el trabajo que se desarrolla detrás de cada proyecto humanitario, así como el impacto social que se deriva del mismo. Con la storyline se logra que seguidores y donantes se mantengan al día del progreso del proyecto que apoyan, desde el principio hasta el fin.

Pero, ¿cómo funcional una storyline? La storyline de un proyecto se elabora con las publicaciones de las actividades que se realizan a lo largo del proyecto. La primera y última publicación consiste siempre en un vídeo: el inicial explica el problema que se pretende resolver, mientras que el final muestra la solución alcanzada. Entre medias, los participantes en el proyecto pueden publicar hitos del mismo en diferentes formatos. Cada nueva publicación puede compartirse en las redes sociales logrando así un efecto viral del proyecto. Esta circunstancia refuerza la probabilidad de hacer el proyecto más visible y más atractivo. Los seguidores del proyecto reciben una notificación con cada nueva entrada. De esta manera, el interés de los seguidores o donantes se mantiene vivo.

El objetivo no es otro que ganar en transparencia y, por derivada, aumentar la confianza en la entidad, lo que generará en última instancia un mayor vínculo emocional y unas relaciones mucho más estrechas y de largo recorrido.