domingo, 5 de mayo de 2013

E-empowerment de empresas sociales (IV): Gestión de la formación


En la cuarta entrega de este post hablamos de la importancia de la formación, un elemento crítico para navegar con garantías en las procelosas aguas por donde discurre el siglo XXI. Tener una gran idea –por muy social que esta sea– no garantiza su puesta en funcionamiento ni, por supuesto, que las personas que asumen el liderazgo de estas iniciativas sociales posean los conocimientos y habilidades necesarios para gestionar la estructura organizativa requerida para cumplir con éxito la misión del emprendimiento. De hecho, los resultados del GEM-2009 (Global Entrepreneurship Monitor) muestran que, a diferencia de lo que sucede en otros países, España presenta una baja participación de las personas con educación superior en el sector social. Este estado de la cuestión hace que la ejecución del papel del emprendedor sea mucho más difícil y arriesgada. Prueba de ello es la alta tasa de mortalidad de nuevas empresas –entre el 20% y el 80% en los tres primeros años de vida–, que es significativamente más alta que entre los emprendedores con más formación y experiencia de gestión, donde la tasa de mortalidad no supera el 20% (Veciana, 2005).

Conscientes de la falta de formación, las incubadoras tradicionales ofrecen entre su gama de servicios programas para potenciar nuevas habilidades de gestión de emprendimientos: no se trata de aprender a ser empresario (algo que quizás se lleve en el código genético del emprendedor), sino de ser instruidos en las competencias de gestión y habilidades, finanzas, gestión de recursos humanos, técnicas de negociación, liderazgo, etc.


El aumento de los negocios sociales ha llevado a la proliferación de programas de formación “presencial” diseñados ad hoc por prestigiosas universidades, tanto a nivel internacional (por ejemplo, el Programa Ejecutivo en Emprendimiento Social de Stanford: www.gsb.stanford.edu/exed/EPSE/index.html), como nacional (por ejemplo se puede consultar el programa de la Escuela de Negocios Deusto, que posee un título específico en Innovación y Emprendimiento: www.innovandis.deusto.es/).



Varias de estas instituciones han unido sus fuerzas en la red Social Enterprise Knowledge Network (SEKN), mientras que otras universidades han fundado sus propias organizaciones, como por ejemplo el Centro Skoll para el Emprendimiento Social de la Universidad de Oxford:       

Sin embargo, la mayoría de los programas de formación presencial están dirigidos –a nivel de grado– para estudiantes universitarios sin experiencia en el mundo de los negocios o –en el nivel de graduado ejecutivo– para gerentes de empresas sociales con ciertas características y dimensiones económicas. En ocasiones se otorgan becas para pagar el elevado coste de estos cursos. En consecuencia, tales programas formativos resultan prohibitivos para la mayoría de los pequeños emprendedores sociales, ya que estos no disponen ni del tiempo, ni de la capacidad de gestionar, ni de los recursos económicos para financiar estos programas. Es en este punto donde el e-empowerment que hace posible Internet juega, una vez más, un papel decisivo como hábitat saludable, al permitir a los empresarios sociales potenciar sus habilidades gracias a la flexibilidad del espacio, del tiempo y del ritmo necesario dadas las circunstancias.

En la web, numerosas herramientas de capacitación están disponibles hoy en día para emprendedores sociales. Por ejemplo, la United Nation University for Peace –UPEACE–ofrece un curso específico en línea llamado Emprendimiento, Innovación y Cambio Social (http://www.upeace.org/news/activity.cfm?id_activity=741). Este programa está diseñado para gerentes y personal de organizaciones sin ánimo de lucro, empresarios sociales, ejecutivos de negocios con conciencia social y líderes innovadores del sector público. En el contexto español, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) imparte un MBA en emprendimiento social (www.uoc.edu). 

Posiblemente, la mejor fórmula utilizada para capacitar jóvenes emprendedores sociales no es la presencial ni tampoco la virtual, sino un modelo mixto en el que, después de identificar a estos líderes del cambio, se les invite a participar en un proceso de capacitación intensiva para poner a disposición todo un ecosistema de e-empowerment (grupos de co-creación, recursos virtuales, tutorías, redes de contacto y trabajo conjunto, etc.) que acompañe al emprendedor social en el duro camino del desarrollo y ejecución de proyectos, facilitando la supervivencia de la empresa en sus primeros años. Este es el método que emplea Ashoka a nivel internacional a través de su programa Young Changemakers (www.concursocambiatumundo.org/). Esta iniciativa ofrece talleres, formación para desarrollar planes de acción, capital semilla, apoyo, y –más importante aún– el acceso a una red global de cerca de 3.000 jóvenes Changemakers en 20 países. Un jurado selecciona aquellos proyectos que destacan por su potencial para generar un mayor impacto en la comunidad. De este modo, el mexicano Rafael Salas fue capaz de iniciar su negocio ideando, para aliviar el problema de la vivienda en las zonas más pobres de América Latina, maneras de reutilizar los residuos generados en las zonas más ricas de esos países, y construyendo viviendas dignas y ecológicas para los menos afortunados beneficiando así al planeta en su conjunto.



Algo similar es lo que hacen en el Unreasonable Institute, acelerando el desempeño de los emprendedores asistidos y sus emprendimientos (www.unreasonableinstitute.org). Cada año, esta iniciativa reúne a emprendedores de todos los rincones del mundo para convivir bajo el mismo techo durante seis semanas en la ciudad de Boulder, Colorado. Durante este tiempo, estos futuros empresarios sociales reciben capacitación y construyen vínculos relacionales a largo plazo con más de 50 mentores, que van desde el ex director gerente de inversiones de Google, hasta el director de tecnología de Hewlett Packard. Unreasonable Institute actúa durante el proceso como puente de cientos de inversionistas y socios potenciales, de tal forma que los emprendedores establecen relaciones con más de 20 fondos de inversión, recibiendo asesoramiento legal y consultoría de diseño.



A partir de esta experiencia, muchos empresarios como Cynthia Koenig, co-fundadora de Wello, han logrado establecerse en el mercado. A través de la unión de un diseño de producto sencillo (una rueda hidráulica o turbina de agua) y un modelo de negocio innovador, Wello mejora el acceso global al agua y reduce las cargas físicas y el tiempo de recolección de agua. Este modelo de negocios ha dado como resultado una mejor salud para las comunidades, la visibilidad e implicación de la mujer, el acceso a la educación y la generación de ingresos sostenibles. Wello es una empresa social híbrida: por un lado, la parte con fines de lucro genera ingresos mediante la venta de sus “Norias” y la venta de espacios publicitarios en el exterior de estas unidades; por otro, la parte sin ánimo de lucro de Wello consiste en la creación de conciencia sobre la crisis mundial del agua potable y en educar a los usuarios finales sobre los beneficios de la misma.


En el contexto europeo hay que mencionar la iniciativa de ESADE y el Banco BBVA dirigida a estimular el espíritu social emprendedor en España a través del Proyecto Momentum (http://momentum-project.org/es)[vi]. Para cumplir esta meta, Momentum mantiene dos líneas prioritarias de actuación: el desarrollo de un programa para consolidar y aumentar el impacto de los emprendimientos asistidos y la creación de un ecosistema para promover emprendedores sociales. En cada edición anual del programa son seleccionados diez proyectos que han demostrado su viabilidad, impacto y la capacidad potencial de crecimiento. 

Momentum Project - Un ecosistema de apoyo al emprendimiento social

El ecosistema para inspirar al emprendedor social incluye talleres de formación en ESADE, la preparación del plan de desarrollo empresarial (a través de diez semanas intensivas de aprendizaje y la colaboración con un equipo de estudiantes ESADE/BBVA, mentores y patrocinadores corporativos de los emprendimientos…) y, por último, la redacción definitiva del plan de negocio. Posteriormente se presentan las iniciativas durante el evento El Día de la Inversión Social. Los diez emprendimientos seleccionados para participar en la edición de este año pueden consultarse en el siguiente ENLACE.

Todo esfuerzo es poco para lograr que los jóvenes líderes sociales fortalezcan sus conocimientos, desarrollen habilidades, accedan a nuevas redes de contactos y, en definitiva, aboguen por sus causas sociales.

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